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jueves, 10 de febrero de 2011

Matamoscas

La verdad es que nunca se me había ocurrido escribir acerca de un hongo. Simplemente porque no creía que algo tan simple pudiera aportarme tanto de lo que hablar. Supongo que el hecho de haberme tenido que estudiar esta especie en tantas asignaturas a lo largo de la carrera, ha hecho que me picara el gusanillo de la intriga y no ha sido más que por eso, por la curiosidad, por lo que me atrevo a escribir esta entrada, que no es más que un compendio de todo lo que he leído de este hongo, que me ha parecido curioso y que me  gustaba poder compartir con alguien más.
"La curiosidad mató al gato y forjó a uno de los más grandes científicos, Albert Einstein." (Fabián Vázquez).




La Amanita muscaria, es un hongo que aunque vive en todo tipo de bosques, es más frecuente encontrarlo asociado a las raíces de hayas, pinos negros y abedules.
El epíteto muscaria, proviene del latín musca (mosca) haciendo referencia a la paralización que produce este hongo a los insectos que entran en contacto con él.
La Amanita muscaria presenta en su composición química una gran variedad de sustancias, entre las cuales hay que destacar la muscarina (aunque se encuentre en una proporción bastante baja) y el ácido iboténico. Éste último como consecuencia de su descarboxilación, va dar lugar a un derivado que es el muscimol.
La muscarina no se absorbe en el estómago, de ahí que sea la responsable de los efectos iniciales desagradables y tóxicos consecuentes de la ingesta del hongo, sobre el tracto gastrointestinal.
Por su parte el ácido iboténico y el muscimol son alucinógenos; de entre muchas de sus acciones sobre el sistema neurológico, y causan la apreciación deformada de las formas y las distancias. También van a aumentar la secreción lacrimal, sudorípara, salivar y gastrointestinal, producen además taquicardia, miosis (contracción del músculo liso del iris) y broncoespasmos y en elevadas dosis pueden incluso llevar al coma.

¿Quién me iba a decir a mí, que lo que pintaba de pequeña en tantas láminas con mis lápices de colores era un hongo potentemente tóxico?

Quizás si volviera a ver ahora “Vickie el vikingo”, lo haría de forma diferente, ya que al parecer esta especie era frecuentemente consumida por los vikingos; y tal vez también vería de forma diferente “Los Pitufos” me fijaría más en este intrascendente detalle antes de intentar relajarme y disfrutar de las historias de estos personajillos de piel (y no sangre) azul.

El tema de la ingesta de esta droga en esta última serie ha estado siempre presente: se decía que Gargamel era un adicto a la Amanita muscaria y que los Pitufos no eran más que alucinaciones resultantes de la ingesta de este hongo. 

Pero el consumo de Amanita muscaria ya viene de mucho antes… pues como he comentado antes ya en los tiempos de los Vikingos (siglos VIII al X) existía una categoría especial de guerreros Vikingos conocida como los Berserkers que consumían de forma habitual este hongo. Eran definidos como hombres sobrenaturales que peleaban en los frentes de batallas poseídos de una furia salvaje y rabiosa (en muchos casos espuma por la boca), hombres prácticamente invencibles, que sólo sucumbían por deshidratación, ya que no sentían necesidad de beber. Todo ello los hizo famosos y temidos puesto que no se tenía conocimiento de ese "brebaje mágico" que consumían, pero hoy día sabemos que ese comportamiento tan exacerbado, tan feroz y tan violento estaba inducido por la ingesta de este hongo (que también aumentaba las secreciones, de ahí la aparición de espuma en la boca).

Pero las curiosidades de esta planta no terminan aquí.

Parece ser que este hongo es una de las decenas de teorías que intentan explicar el origen de la leyenda de Santa Claus.

Aunque la figura de Santa Claus (Olentzero, Papá Noel, San Nicolás de Bari,…) suponga una aglomeración de diversas costumbres y tradiciones de varias culturas, una de las teorías aproxima que la leyenda de Santa Claus podría tener su origen en los rituales “mágicos” de los chamanes siberianos. Estos chamanes acostumbraban a bailar de manera exagerada e incluso llegaban a subir al tejado a través de las salidas de humo de las chimeneas. Hoy en día se sabe que estos movimientos exacerbados eran producidos por la ingesta de Amanita muscaria seca, que constituía, al parecer, un acto habitual.


Pues parece ser que me equivocaba al pensar que era un simple hongo…